El artista se refirió al blanco y el negro como colores añadidos a su escala cromática y en cierta medida complementarios de los que componen el método colorista del artista (que se sirve básicamente del azul, rojo y amarillo y los que a su vez complementan estos): “Preparé una especie de lista de códigos numéricos, preguntándome qué código puede ser mejor controlado en las artes plásticas. Enseguida se me ocurrió que era el color. Elegí una base de tres colores de partida: el azul, el rojo y el amarillo. Con sus colores complementarios, tenía seis colores, a los que añadí el blanco y el negro“ (Extracto del coloquio Nourritures scientifiques et musicales, 3 de junio 1994, Laboratoire Musique et Informatique, Marsella).
Para la exposición se reunieron trabajos realizados entre 1956 y 1991, mostrándose, como novedad, uno recién editado por el atelier del artista “Vibración de la masa” 1968-2012 cuya tirada se componía de 100 ejemplares.
Jesús Rafael Soto (Venezuela, 1923 – Francia, 2005) es considerado como uno de los artistas más importantes del siglo XX. En los años 50 se trasladó a París donde tuvo la oportunidad de conocer y experimentar el vibrante ambiente artístico que por aquel entonces se desarrollaba en la capital francesa. Allí conoció a artistas de la talla de Tinguely, Vassarely o Calder. Fue precisamente en este contexto cuando comenzaría a alejarse del plano estrictamente pictórico con el fin de explorar nuevas posibilidades plásticas, centrándose en la reflexión en torno al espacio tridimensional.
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