Galería Cayón tiene el placer de presentar dos exposiciones en sus dos espacios madrileños con obras sobre papel de tres artistas del siglo pasado.

En "Gustav Klimt, desnudos y retratos sobre papel", se mostrarán seis obras de Gustav Klimt (Baumgarten, Austria, 1862-Alsergrund, Austria, 1918), uno de los dibujantes más libres y valientes del primer cuarto del siglo XX.

La selección de lápices, que recorre parte de sus temas de interés desde 1910 a 1917, se centra, además de en los sensuales y en muchas ocasiones explícitos desnudos femeninos, en su faceta de retratista pues se expondrá uno de sus célebres retratos de Adele Bloch-Bauer, modelo de la archiconocida efigie sobre pan de oro de 1907.

Gustav Klimt, Joven masturbándose, 1916. Lápiz sobre papel, 37,5 x 57 cm.

Sus dibujos han sido considerados por todos los historiadores del arte como fundamentales para entender la importancia del Klimt artista. Tanto es así que Gustav Glück venía a decir que la obra del austriaco no podía entenderse sino era a través de los dibujos. Si en casi todos los artistas, el dibujo es un elemento fundamental, en Klimt su conocimiento es esencial para entender su forma de trabajo y pensamiento pues exceden -aún cuando se trate de estudios de futuros lienzos- el límite de una obra auxiliar para convertirse en eje autónomo de su actividad creativa.

El interés del dibujo le viene a Klimt desde bien temprano. Se sabe que para él fue fundamental recibir las clases de Ferdinand Laufberger, su profesor de dibujo en la Kunstgewerbeschuele de Viena (la Escuela de Artes Aplicadas) del que aprendió la necesidad de dominar la técnica y conocer la anatomía y el movimiento del cuerpo humano. Este, casi siempre, aparecerá o asentado en un suelo que no vemos o tumbado en una cama o diván que tampoco ofrece detalle alguno más que, a veces, el de unos trazos que sugieren una sábana o una manta. De este modo, todo gira en torno al cuerpo y nada debe entorpecer la mirada del espectador.

El trabajo sobre papel -del que nunca habló en público y del que nadie fue testigo, con la lógica excepción de los modelos- era un trabajo íntimo del artista que, al parecer, dibujaba sobre un caballete bajo e inclinado unos 45 grados de manera que podía situarse cómodamente frente a la persona a dibujar. Por su amigo Carl Moll sabemos que disponía de varias modelos al día (además de los encargos que podía recibir) y que estos, si no eran necesarios para continuar con el trabajo de un cuadro, eran dibujados por el artista.

 

Estudio para el retrato de
Adele Bloch-Bauer

1910

Lápiz sobre papel
56,5 x 30 cm
GK003

 

Detalle

Estudio para el retrato de
Adele Bloch-Bauer

1910

Lápiz sobre papel
56,5 x 30 cm
GK003

 

Retrato de Adele Bloch-Bauer

1912

Óleo sobre lienzo
56,5 x 30 cm

Detalle

Retrato de Adele Bloch-Bauer

1912

Óleo sobre lienzo
56,5 x 30 cm

 

Desnudo de pie, mirando al frente,
con las manos en las caderas

1917

Estudio de «Las Amigas», 1917

Lápiz sobre papel
55,9 x 35,5 cm
GK006

 

Detalle

Desnudo de pie, mirando al frente,
con las manos en las caderas

1917

Lápiz sobre papel
55,9 x 35,5 cm
GK006

 

Las Amigas

1917

Óleo sobre lienzo
99 x 99 cm

 

Detalle

Las Amigas

1917

Óleo sobre lienzo
99 x 99 cm

 

Estudio de la novia, 1917

Lápiz sobre papel
57 x 37,5 cm
GK004

Detalle

Estudio de la novia

1917

Lápiz sobre papel
57 x 37,5 cm
GK004

 

Sin título

1917/1918

Óleo sobre lienzo
165x 191 cm

Detalle

Sin título

1917/1918

Óleo sobre lienzo
165 x 191 cm

Los modelos, aún sus desnudos que aparecen aparentemente en poses descuidadas, son sometidos a las instrucciones de Klimt que, como sucede en las pinturas, supedita la pose del modelo al objetivo de la obra: por ejemplo, los dibujos eróticos -que se prodigan a partir de la década del diez- presentan a las mujeres en posiciones más o menos forzadas con el ánimo de ofrecer el sexo abiertamente al espectador con la intención -según Alice Strobl, la gran conocedora del Klimt dibujante, y autora del catálogo razonado-, de: “aludir al origen de la vida humana que, al mismo tiempo, es el punto central de la excitación sexual”. En este sentido, estos dibujos eróticos nos remiten al “Origen del mundo” de Courbet (1866) aunque de manera mucho más explícita y con el mismo escándalo público en su tiempo. Se ha ahondado también en que las poses forzadas de estos modelos desnudos tienen que ver con su ávida afición a coleccionar estampas japoneses pródigas en este tipo de posiciones.

Por lo que se refiere al lapso en el que se circunscriben estos dibujos, estos se sitúan entre 1910, año en que participa con 22 obras en la Bienal de Venecia, y los últimos meses de 1917 o primeros días del 18, pues Gustav Klimt falleció la mañana del 6 de febrero.

Jóven con sombrero

1917

Lápiz sobre papel
56x 37,3 cm
GK001

Madre e hijo

1910

Lápiz sobre papel
67,8 x 49,8 cm
GK005

Joven masturbándose

1916

Lápiz sobre papel
37,5 x 57 cm
GK002

 

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Créditos:

Galería Cayón Madrid/Manila/Menorca, 2021.

Fotografía © UMFotografía.