Madrid
Cayón tiene el placer de anunciar una nueva exposición de SOTO (1923-2005) en sus dos espacios madrileños. Se trata del quinto proyecto del artista en la galería y, sin duda, uno de los más especiales.
Esta exposición en Madrid tiene una pretensión muy específica: la de mostrar únicamente el trabajo de Soto realizado con la incorporación de unos finos elementos metálicos en forma de T que provocan, con total seguridad, las obras más vibradas, sutiles y etéreas del artista. Es la primera ocasión en la que una exposición se dedica de manera exclusiva a este tipo de trabajo.
Por ello, Soto, la T trata de plasmar no una visión general de la obra de Soto, sino más bien, una mirada exclusiva con la que se demuestra, casi como con ninguna otra de las líneas de trabajo de su extenso y complejo corpus, la pretensión del artista representada en su más elevada intención de sublimada pureza.
Distribuidas en ambos espacios, 14 obras proyectarán la idea de Soto en torno a la luz y la vibración de los elementos, planteamientos formales que le vienen, fundamentalmente, de su admiración por los impresionistas a los que siempre vio como los padres del arte moderno.
Por vez primera se expondrá la que se considera la primera T, un pequeño madero (leño, en el lenguaje de Soto) realizado en 1961 que presenta, como novedad, el elemento metálico en forma de noventa grados. Se trata, en esta ocasión, de un pequeño clavo distanciado del fondo mediante un alambre; con los años (más bien, en la década de los setenta), ese clavo desaparecerá para ser sustituido por el fino metal realizado exprofeso con el deseo de generar la obra, su movimiento y, por esto mismo, su indefinición espacial.
Sin título, 1961. SO201
La disposición de las obras de Soto producía un efecto en el que las piezas aparecen y desaparecen con el movimiento del espectador, dejando entrever un espacio intersticial: la vibración, el vaivén de lo invisible y lo visible, de lo material y lo inmaterial.
“La vibración es una relación existente al margen de los elementos
(…)
pero es a través de esos elementos como yo puedo demostrar su evidencia”Soto
Las T se expusieron por vez primera en la retrospectiva del creador en Caracas de 1971 y desde entonces formaron parte de su línea de trabajo y fueron rápidamente aceptadas como solución enormemente eficaz a la intención desintegradora:
“Soto exhibe lo mejor de sí cuando busca una imagen uniforme en toda la superficie, como en su serie de Tes, en la que filas de elementos en dicha forma, espaciados uniformemente, se proyectan desde el fondo desnudo y crean una ráfaga de vibraciones” (David Bourdon, 1974).
Vista lateral: Tes avec bord rose, 1985. SO207
El proyecto, que coincide con Apertura 2024, tiene una continuidad conceptual con la exposición celebrada el pasado verano en nuestro espacio menorquín.
Las muestras de Menorca y Madrid, por tanto, no son una continuidad, sino un complemento la una de la otra puesto que, gracias a las casi 75 piezas mostradas en nuestras dos sedes, se podrá conocer más profundamente la obra de este artista que transformó la manera de ver y, sobre todo, de experimentar la obra de arte.
Triface avec mauve,1991. SO210
Desde su fundamental retrospectiva celebrada en el Museo Guggenheim de Nueva York en 1974 y tras su participación de manera individual en el Pabellón de Venezuela en la XXXII Bienal de Venecia de 1964, su obra se ha visto reconocida en decenas de muestras individuales, entre las que destacan: Palacio Velázquez (Madrid) y Fundación Miró (Barcelona), 1982; Musée Soulages (Rodez), 2015; o Guggenheim (Bilbao), 2019.
La obra de Soto forma parte de la colección permanente de destacados museos internacionales como la Tate Gallery de Londres, el Centro de Arte Georges Pompidou de París, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Museo Nacional de Arte Contemporáneo de Seúl o el Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear, Cáceres.