presencia del negro
Madrid
Joan Miró, Tête, 1976, detalle.
Óleo sobre lienzo, 100 x 81 cm.
©Successió Miró, 2025.
Coincidiendo con el vigésimo aniversario de la inauguración de la galería (noviembre de 2005), tenemos el enorme privilegio de anunciar Joan Miró/presencia del negro, la segunda exposición individual de Joan Miró (Barcelona, 1893-Palma de Mallorca, 1983) en Cayón.

Joan Miró, Personnage, oiseau, étoile, 26/01/1943. Gouache, pastel y lápiz conté sobre papel, 65 x 51 cm. ©Successió Miró, 2025.
El proyecto no se trata -como bien quiere constatar de entrada el título- de una exposición que meramente reúne, procedente de diversas colecciones, un conjunto de obras del artista -lo que no es poco en el caso de Miró-, sino que propone, de manera totalmente novedosa, una mirada a Joan Miró a través del que, para él, y sin duda ninguna, fue el más excelso y “rico de los colores” (Alexandre Cirici); el negro.
Este negro, el más puro de los colores mironianos, se nos presenta -cada vez de manera más contundente y radical, con el paso de los años, pero sobre todo tras su primer viaje a Japón en 1966- en todas las épocas del artista. En unos casos para vindicar mediante el convencido gesto su voluntad creadora y la certeza de la puridad de su trabajo y, en otros -aunque bien podemos afirmar que de la mano del anterior propósito- como el color que le permite presentar la realidad más desnuda y sintetizada, despojado, por tanto, de lo considerado innecesario.

La muestra ofrecerá una selección de óleos (desde lienzos a pintura sobre madera o cartón), dibujos y grabados que constatan la presencia del negro como recurrente. En ocasiones, por motivos puramente obvios, como es el caso de los grabados monocromos, el negro lo es todo en la obra. Así, las siete gráficas que se han conseguido reunir recorren 40 años de trabajo, desde La Baigneuse y el capital La Géante o el fabuloso Portrait de Miró, realizado con Marcoussis (los tres de 1938) a La Constitución española de 1980 en la que el artista, por ende, muestra su incondicional apoyo a las recién estrenadas instituciones democráticas.
En otras, sobre el trabajo del óleo, la tinta, las ceras, el pastel o el gouache, el negro todo lo traba, determina o somete, haciendo presente su idea, según por él expresada, de “alcanzar una intensidad máxima con un mínimo de medios” y, como certeramente apunta Rosa María Malet, “[dando] a estos trabajos gran fuerza y agresividad. Una agresividad que existe más en la forma que en contenido”, pues, la de Miró, no deja de ser una agresividad amable y llena de esperanza, aunque la presencia del negro sea extraordinariamente expresiva y contundente.

Joan Miró, Sans titre, 1949. Tinta china sobre cartulina gris arrugada (tapa de catálogo de partituras ‘Edition Peters’), 23,55 x 31 cm. ©Successió Miró, 2025.

Joan Miró, Femme, oiseaux, constellations, 29/04/1976. Óleo sobre lienzo, 73 x 50 cm.
©Successió Miró, 2025.
Tal es el caso de Femme, oiseaux, constellations o L´Oiseau annonciateur (ambas de 1976) o la categóricas Tête, también de 1976, obras que nos traen a la memoria las palabras de Longhi sobre el corpóreo Caravaggio y sus negros y “la forma de las tinieblas que los interrumpen”, en referencia a los cuerpos que el italiano pintaba y que bien pueden referirse al español, pues sus personajes irrumpen de igual manera en sus negras obras.
Este negro se aplica de manera ulterior a las manchas de color o antes de estas (en palabras de artista: “primera etapa, los negros; con las otras etapas viene el resto, que viene dado por los negros”) y acota las superficies de otros pigmentos para presentarnos esa pulcra -pero a la vez caótica- visión final tan característica de los trabajos mironianos en las que el negro recorta planos de vivos colores.
Pero además de suerte de delimitador del color subyacente, el grueso trazo negro se nos presenta como más amable o retenido cuando Miró lo complementa del sensiblemente trazo más fino de otros colores.
Así vemos en Personnage, oiseaux (1975), dos flotantes trazos negros que bailan en el espacio con una suerte de nubes blancas y pequeñas superficies de color; en el soberbio y capital Personnage, oiseaux, étoile (1943) el negro concierta nuestra mirada en lo que adivinamos como la cabeza del personaje en cuestión; en Femme, oiseau (1976) una nueva presencia negra pierde su carácter desabrido ante las manchas amarillas, rojas o verdes -que, por cierto, tenemos el privilegio de saber cómo surgieron pues se conserva un película en la que el artista trabaja esta maravillosa obra-, complementando el negro con el trazo de color.
La misma suerte sucede con Chien I (1972) o Personnage, oiseaux (1976); mientras que en Personnage (1977) la surrealista técnica del grattage, en la que Miró fue con Ernst uno de los pioneros, hace su efecto del negativo al trabajarse sobre una cartulina negra.
En definitiva, Joan Miró/presencia del negro es, por tanto, uno de los proyectos más ambiciosos que Cayón ha afrontado desde su apertura al público en 2005. En cualquier caso, sirva la muestra para homenajear a la figura de uno de los artistas más capitales, modernos e influyentes de la historia del arte: Joan Miró.

Joan Miró, Personnage, oiseaux, 1975.Óleo, tinta china y lápiz grafito sobre cartón, 63 x 49,3 cm. ©Successió Miró, 2025.
[La exposición irá acompañada por una publicación que presentará el texto inédito de Joan Punyet Miró “Joan Miró y el color negro”]
Joan Punyet, nieto del artista, es el consejero delegado de Successió Miró y vicepresidente de ADOM.

Personnage, oiseau, étoile, 26/01/1943
Gouache, pastel y lápiz conté sobre papel
65 x 51 cm.
MI069
Chien I, 10/11/1972
Óleo y ceras sobre papel marrón corrugado pegado a papel kraft
81,5 x 70 cm.
MI076


Personnage, oiseaux, 1975
Óleo, tinta china y lápiz grafito sobre cartón
63 x 49,3 cm.
MI068
L'Oiseau annonciateur, 10 de marzo, 1976
Óleo y vinílico sobre tabla
71 x 54,2 x 2 cm.
MI062


Personnage, oiseaux, 13/04/1976
Óleo y cera sobre papel embreado clavado sobre madera (tapa de caja)
76,5 x 50 cm.
MI077


Personnage et oiseau entourés de rossignols, 17/07/1976
Óleo, pastel y ceras sobre cartón
79 x 59 cm.
[MI072]




